Ayer cometí un error
Cuando bajaba del bus, noté que detrás de mí se encontraba un muchacho irrespetuoso de las normas sociales del vestir para caballeros:
Cabello de color naranja
Camiseta multicolor ajustada
Pantalones tallados adornados con una faja blanca
Aretes en ambas orejas
No lo puedo asegurar, pero por su estilo de vestir, junto a otras pistas de su lenguaje corporal, concluyo que ese muchacho no es heterosexual.
Hace mucho tiempo me deshice del estereotipo social que prohíbe a un individuo expresar su cariño, atracción o amor por otro individuo del mismo sexo.
Ayer no fui el único que notó la orientación sexual del muchacho, pues un grupo de choferes y usuarios del servicio del transporte, comenzaron a burlase de él con clásicos insultos como “loca” y “yigüiro”.
LO QUE DEBÍ HABER HECHO ES.....
Amonestar a las personas que molestaban al muchacho de cabello color naranja y redactar una queja a la gerencia de la empresa para que amonestara a los chóferes.
PERO LO QUE HICE FUE...
Nada!!! seguir mi camino, dejar que insultaran al muchacho. Ni siquiera hice un gesto de reproche o desacuerdo a los homofóbicos
Digo esto con mucho dolor y vergüenza, porque me comporté con cobardía. José Martí decía que quien ve un crimen y no dice nada, ayuda a cometerlo.
Me comprometo a no volver a ignorar el sufrimiento de otras personas, defender a quien necesite ayuda e intolerar toda manifestación de discriminación. Nuestra generación debe comprometerse a luchar contra toda injusticia social, pues esa es la única vía para construir una sociedad más justa.
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