El bar de las hojas azules

Tuesday, September 26, 2006

Las mejores conversaciones

Las mejores conversaciones de mi vida ocurren cuando soy el “receptor no invitado”. Confieso que me encanta escuchar diálogos ajenos en los buses, pues poseen un atractivo y riqueza de contenido increíble.

Hace unas semanas, un par de muchachas desconocidas comentaban los problemas de sus relaciones amorosas. Una de ellas argumentaba que su novio estaba disgustado con ella por motivos estúpidos, ya que no tienen nada serio por qué pelear.

Ayer, un señor hablaba sobre sus vecinos. Para él, ellos son personas conflictivas porque sus abuelos eran primos, lo cual es una maldición según la Biblia. La única forma de que solucionen su vida es que le recen a Jesús para que este les “desate” la condena.

Lo malo de escuchar conversaciones ajenas es que no se puede participar directamente en la acción. Me habría gustado decirle al señor que mis abuelos también son primos y que yo no me siento tan maldito. También vi hace poco al novio y a la muchacha que estaban disgustados, al parecer solucionaron sus diferencias porque estaban hechos una melcocha. Casi me atrevo a abrazarme con ellos y felicitarlos por su reconciliación.

A pesar de los defectos de ser un “receptor no invitado”, la tentación de serlo es demasiado grande, sobretodo en los solitarios y aburridos viajes en bus donde parece que los demás tienen una vida interesante.

1 Comments:

  • At 5:35 PM, Blogger Unknown said…

    Hola Victor, yo también soy un gran vino.... pero no me averguenzo de reconocerlo porque en tiquicia todos y todas somos unos grandes vinos... y sí es divertido, entretenido, pero creo que sobretodo, a pesar de la mucha trivialidad que puede uno tragarse por vino, hasta de esa trivialidad se aprende algo... o mucho...

     

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